Monti, el fast food de pastas que proyecta facturar $70 millones

Fundado en 2018, Monti se encuentra en proceso de expansión. Ya tiene tres locales abiertos y proyecta un cuarto para el segundo semestre.

 

Sobre la avenida Boedo al 700, se encuentra uno de los locales de Monti, un fast food de pastas frescas. El concepto que combina pastas de autor, pensadas y elaboradas por un chef, con la agilidad de un local de comidas rápidas, a un precio viable a todos los bolsillos. La cadena emplea de forma directa a 50 personas, cuenta con 3 locales, dos propios y una franquicia y dado el crecimiento del negocio proyecta terminar el año con una facturación cercana a los $ 70 millones.

“Monti nació en 2018 como consecuencia de entender un mercado saturado de hamburguesas, empanadas y pizzas, en donde las pastas caseras y de calidad estaban dirigidas a un segmento más elevado o bien solo podíamos encontrarlas en la tradicional fábrica de barrio para cocinar en casa. La idea fue unir estas dos puntas y mantener un estándar de calidad y un precio competitivo, junto a una experiencia divertida en donde la clave es un producto indulgente y accesible”, cuenta Federico Giuliano, quien junto a su socio Carlos Cejas apuntó al concepto de “un fast food, pero de pastas”, un nicho completamente vacío.

La inversión inicial para abrir su primer local fue compuesta por los ahorros de ambos socios, producto de haber trabajado ambos amigos en empresas multinacionales de comidas rápidas durante algunos años. “Fue un monto cercano a los US$ 10.000 con el que contábamos cada uno, más un préstamo que pudimos obtener por la otra mitad”, detalla Giuliano, y agrega que con estos recursos limitados dieron inicio a la primera versión de este negocio sencillo, que fue evolucionando con el correr del tiempo.

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En 2021 facturaron $ 36 millones y en lo que va de 2022 la facturación está en torno a los $ 43 millones. Estos datos se desprenden de un relevamiento realizados en los dos locales propios en operación, que tienen en Boedo y en Avenida Lacroze al 2600, sin contar la primera franquicia que se abrió recientemente en la zona de Villa Crespo.

Lejos de un funcionalismo transitorio típico de un fast food tradicional, en los locales de Monti prima una atmósfera cálida, ideal para conversar entre pastas frescas realizadas a la vista, postal ineludiblemente que remite a una abuela amasando tallarines, un domingo al mediodía. Ningún comensal puede resistirse a la vedette del momento: el volcán de ñoquis, que se viralizó de forma orgánica en las redes y los llevó a duplicar las ventas, lo que facilitó que muchas más personas los conociera.

Hoy el gran caudal de ventas son las pastas rellenas. En el top 5 de las más consumidas están los raviolones de batata y caramelo, que desde la firma aconsejan acompañarlos con una salsa suave a fin de equilibrar con el sabor de la pasta. En cualquier restaurante un plato de pastas puede rondar los $ 2000, en Monti está en la mitad de ese monto prácticamente.

En cuanto a volumen de tickets para este año estiman llegar a las 100.000 transacciones, lo que implica un crecimiento triple.

Entre trabas y empuje
Al principio costó bastante porque era la primera vez que Cejas y Giuliano salían con una marca propia.

Estabilizar y dar a conocer la marca y el concepto no fue tarea fácil. De hecho, en un momento evaluaron la posibilidad de cerrar el local, debido a que les costó mucho conectar la idea con los consumidores. Muchas veces se asocia el precio accesible con la poca calidad del producto o con un servicio poco eficiente. La convicción de salir con un producto de calidad fue lo que les permitió seguir adelante hasta que llegó la pandemia y tuvieron que reevaluar el concepto y hacerse fuerte en la adversidad.

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Entre las nuevas tareas estaba rediseñar el packaging para que mantuviera la calidad, reevaluar tiempos y procesos de cocción y mejorar toda la plataforma de envío a domicilio porque el negocio había cambiado. También, sumaron el servicio de take away. Con constancia y trabajo poco a poco lograron expandirse, de hecho, el año pasado la cadena se convirtió en líder del segmento pastas en las apps de delivery, sostienen sus fundadores.

La consolidación del negocio no fue un momento puntual ni específico, sino un conjunto de decisiones y esfuerzos reiterados, que tuvieron que ver con saber escuchar al cliente y conocer sus necesidades.

Hay un increíble trabajo involucrado desde la creación de platos innovadores, la forma de comunicarlos hasta darlos a conocer, así también los cambios estructurales que fueron realizando sobre la marcha. “Hoy en un negocio, cualquier sea el rubro, el dueño tiene que estar en el local prácticamente las 24 horas. En nuestro caso, tuvimos que entender que nuestro fuerte son los domingos y que ese día también hay que presente. Tal vez, no operando, pero, sí viendo que es lo que pasa con Monti porque es nuestro gran momento de venta”, asegura Cejas. Monti está abierto de lunes a domingos de 12 a 23.50 horas.

Desde la firma están convencidos de que pensar y repensar el negocio, teniendo como foco la experiencia del cliente, es la clave del éxito. También ayudó redescubrirse ellos como socios y encontrando cada uno su lugar en el negocio. “Lo que ganamos en estos últimos 12 meses fue confianza en el criterio de la otra persona”, asegura Carlos, quien se dedica más al área operativa, financiera y administrativa, mientras que Giuliano apuesta a las relaciones públicas, al marketing y al área comercial.

“Los dos tenemos hijos. Carlos tiene a Pía y yo a Valentino. Ambos disfrutamos de un segundo hijo que se llama Monti, al que hay que cuidar, mimar y darle de comer. Ya aprendió a caminar y esperamos que en breve también pueda correr”, remata Giuliano.

 

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