La olivícola mendocina fue primera en un ranking mundial y ahora busca crecer tanto en la Argentina como en los países a los que ya exporta.
Tras consagrarse como la mejor olivícola del mundo por segundo año consecutivo, la mendocina Laur invertirá más de $ 18 millones (u$s 100.000) para multiplicar por 10 su producción de aceite de oliva en la Argentina y llegar a más países. El desembolso podría ampliarse en los próximos meses, teniendo en cuenta que se trata de una base prevista para esta primera etapa.
La inyección de capital está destinada a aumentar la capacidad de elaboración para el mercado doméstico y de exportación, a través de la plantación de 100 hectáreas de olivos en el predio donde está ubicada la sede de la empresa, en Cruz de Piedra, en el departamento de Maipú, a 25 kilómetros al sudeste de la capital de Mendoza.
De esa forma, la empresa busca apalancarse en el boom del consumo de aceite de oliva, en un contexto en el que la Argentina se posiciona como uno de los principales jugadores a nivel global. En 2021 (último dato disponible), la producción local alcanzó las 37,9 miles de toneladas, una suba del 19,9% respecto a 2020, según un informe de IES Consultores. A futuro, se espera que la tendencia continúe, por la mayor demanda en torno a la expansión de la ‘cultura gourmet’.
La nueva superficie de olivares se sumará a las 10 hectáreas que actualmente tiene la compañía y que el año pasado generaron una producción de 100 kilos de aceituna por planta. Para fabricar sus productos, la firma se abastece también de productores de la zona, que es uno de los principales centros de cultivo del país, junto con La Rioja, Catamarca y San Juan.
“El paso de 10 a 110 hectáreas se verá reflejado en un incremento de 100 toneladas de producto aproximadamente, mediante la plantación intensiva de olivos que empezamos a ejecutar. No tenemos fecha de finalización definida para este proceso, pero esperamos completarlo pronto”, explicó Gabriel Guardia, gerente general de Laur y Acetaia Millán, marca que forma parte de la olivícola y produce el único aceto balsámico argentino elaborado con la fórmula original de la ciudad italiana de Módena.
Hoy, Laur produce más de 600 toneladas de aceite de oliva al año -cerca de 1 millón de botellas- incluyendo todas sus marcas: Clásico Extra Virgen Orgánico, Blend de Terroir Cruz de Piedra Orgánico, Blend de Terroir Altos Limpios, Blend de Terroir Medrano, Gran Mendoza Premium, Contraviento y Gran Laur.
Además de botellas, la empresa comercializa aceite de oliva en los formatos de lata y bag in box. También vende aceitunas y conservas, entre otros alimentos. En Mendoza, se puede visitar la finca de olivares, como parte de una experiencia turística que ofrece.
Además de llegada a todo el territorio nacional, la compañía tiene presencia en mercados extranjeros. Ya exporta a Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá, Isla Guadalupe (en el Caribe), los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza, China y Japón.
Piensa ampliar su alcance en los destinos donde ya vende sus productos y desembarcar en nuevos. “Nos gustaría crecer en Chile, Brasil y los Estados Unidos, como así también ingresar en nuevos mercados de América latina”, explicó Guardia, que es enólogo especializado en aceite de oliva y maestro acetero capacitado en la elaboración de aceto balsámico tradicional en Módena.
Laur produce más de 600 toneladas de aceite de oliva al año.
En 2022, Laur -reconocida como Marca País- repitió el hito alcanzado en 2021, que la convirtió en la primera empresa de la industria por fuera de Europa en ocupar el primer puesto: encabezó la lista de las 100 mejores olivícolas del mundo del Extra Virgin Olive Oil (EVOO) World Ranking, una clasificación global de los aceites de oliva extra virgen más premium.
Laur se fundó en 1889 de la mano de Don Francisco Laur, francés oriundo de la región sur de Loire. En 1880, el inmigrante se instaló en Cruz de Piedra y erigió el negocio que persiste luego de 134 años. La compañía fue pionera en la implantación de olivos y la elaboración de aceite de oliva virgen extra en Mendoza.
Desde 2012, pertenece a la familia mendocina Millán, que también es dueña de Átomo Supermercados, con más de 120 sucursales; las bodegas Mosquita Muerta Wines, Los Toneles, Fuego Blanco y Abrasado; la destilería Casa Tapaus y el frigorífico Carnes Millán. En ese momento, José Millán, propietario del grupo, apostó a tener la mejor fábrica de aceite de oliva de la Argentina.